Al ver que su amiga no respondía Rose dirigió la mirada
hacia el teatro que Alisson miraba, sin encontrar nada aparentemente extraño en
él.
-Alis, ¿Estás bien? –volvió a preguntar, a la vez que
chasqueaba los dedos a la altura de los ojos de Alisson, con lo que esta
pareció reaccionar.
-El nombre del teatro, -señaló el cartel.
-Aaron, -dijo Rose- un nombre bonito, ¿Qué ocurre con él?
-Nada, solo que … -negó con la cabeza varias veces- serán
tonterías mías, pero llevo todo el mes viendo ese nombre, en tiendas, coches,
cafés, televisión y ahora aquí. –Dirigió la mirada a Rose- ¿Crees qué puede
significar algo? Hasta ahora no le había dado importancia… pero son tantas
veces y tan seguidas que ya no se qué pensar.
-No creo Alis, será una simple coincidencia… -bajó su
mirada para ver qué hora era y se fijó en las bolsas con las que Alisson
cargaba –Por cierto, ¿Qué llevas ahí?
-¿Esto? –Alza las bolsas de forma graciosa- Nada, papa
Noel que se ha acordado de la gente que quiero. –Ríe con cierta picardía-
-¡¡A ver… a ver!!
-Lo siento, pero aun no es media noche, para que puedas
abrirlo.
-Venga Alis, no seas mala… dame mi regalo…
-No seas impaciente Rose… y mejor vamos a comer que se
hace tarde, además por el sitio que escogí, creo que también lo consideraras un
regalo.
Se pusieron en marcha otra vez hasta llegar al
restaurante y tal como Alisson pensaba, a su amiga la pareció un gran regalo y
sorpresa. Ese sitio era muy especial
para ellas, era donde se habían conocido, y donde tantas tarde habían pasado
antes de que Gisella muriera.
Entraron sin demora y se dejaron embriagar de múltiples
recuerdos y confesiones allí vividas mientras comían.
Unas horas y un par de cafés después salían del
restaurante, no sin antes prometer que irían más a menudo, volviendo a tomar
esas tardes como una tradición.
Pasaron toda la tarde juntas, fueron al cine, se
entretuvieron en el parque y antes de despedirse Alisson le dio a su amiga su
regalo, ya que veía que no podía contener más su impaciencia.
-Anda Rose, toma el regalo… que si te hago esperar más
veo que te da algo. –dijo Alisson riendo divertida, mientras le entregaba una
pequeña cajita azul, la cual Rose no tardó ni dos segundos en abrir.
-¡Oh! Alisson, es precioso… -dijo sacando un colgante con
algo escrito dentro “Best Friends 4Ever”
–Pero te debe haber costado mucho –dijo con un hilito de voz, ya que no
entendía como considerando Alisson tan materialista la navidad, ella misma
hubiera comprado algo así.
-No importa Rose, un día es un día… -apartándose el pelo
hacia atrás, dejando ver otro colgante idéntico. –Además, mira… yo tengo otro
igual.
Las dos se abrazaron y se despidieron una vez más antes
de irse cada una a su casa.
Recién dadas las 11 de la noche Alisson entró en su
portal y sin darse cuenta se acercó al buzón, el cual por la mañana estaba
vacío, y curiosamente ahora no lo estaba. –Pero que raro- pensó y seguidamente
abrió el buzón sacando de él un sobre y leyendo su contenido.
-¿Es una broma? ¿Quién envía esto? Pero… ¡¡si es
imposible!! –dijo en voz alta mientras miraba a todos lados sin saber a qué se
debía esa carta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario