“Doña Alisson
Johnson Dawn es usted ganadora del primer premio de relatos cortos del concurso
“Nuevos Talentos” en el que presentó
su relato “Simplemente Yo”. Y como
premio la ofrecemos un contrato de un año trabajando en la revista “Cosas de la vida”… ”
Alisson no podía parar de leerlo una y otra vez, sentada
en la escalera de su portal. No entendía nada, ella no había mandado ningún
relato a ningún concurso… pero desde luego ese relato si era suyo. ¿Quién lo
habría visto? Ella nunca lo enseñaba… esos relatos eran solo de ella, de nadie
más... –Si es broma no tiene gracia- volvió a decir en voz alta.
De repente un joven moreno, de ojos verdes, alto… entró
en el portal y se sentó a su lado.
-No hay bromas Alisson, ni trampas ni cartón… -dijo
mirándola y ella se quedó helada, sin saber que decir. –Soy yo quien envió el
relato.
-¿Tú? Pero… ¿Quién eres tú? ¿De qué me conoces? –aunque
le resultaba familiar, no sabía quién era el… -Y lo más importante, ¿Cómo
tenias tu mi relato?
-A ver… -El chico cogió aire y empezó a responder- Yo me
llamo Aaron, encantado. –Le tendió la mano a Alisson y cuando esta le
correspondió siguió con sus respuestas- Tengo 23 años y soy un chico de tu
facultad, no nos conocemos, bueno yo a ti de vista si, y tu relato lo encontré
un día en la biblioteca… supongo que te lo habrías olvidado ahí después de
escribirlo.
-Y ¿Por qué no me lo devolviste?
-Aquí lo tienes…-Aaron le dio a Alisson otro sobre con su
relato- Y no te lo devolví antes… porque sabía que te gustaba escribir, y
después de leer ese relato sabia que con el podrías ganar sin problemas ese año
tan merecido en la revista. –Le dedicó una amplia sonrisa y Alisson
inconscientemente se la devolvió, no sabía cómo ni porque, pero Aaron la
inspiraba confianza. –Solo quería darte la sorpresa de ganar el premio como Regalo de Navidad. –después de unas cuantas sonrisas más, alguna mirada y media
hora más tarde a dos minutos de la media noche, Alis empezaba a entender el
porqué de tantos carteles vistos con el nombre de Aaron ese último mes.
-Es increíble… -susurró Alisson sin poder apartar su
mirada de Aaron, parecía un verdadero flechazo.
-¿El que es increíble? –dijo Aaron acercándose levemente
a ella.
-Esto, el destino, la vida es increíble… -rió leve
acercándose algo más a él, a la vez que él lo hacía también, hasta fundirse en
un dulce y largo beso.
Así en esa media noche mágica de noche buena a navidad,
algo nuevo comenzó, una bonita historia para Alisson, el final feliz que ella
siempre esperó.